lunes, 6 de octubre de 2008

¿las meto en la lavadora?

Algo que escribí para ti

Feria del libro,
una noche de primavera,
y ya ves, que ya me hueles a verano.
A ese verano que me oprime,
que me desespera.
A ese aire,
masa espesa, que cansa mi pecho.
A ese amarillo intenso que lo inunda todo.
Y ya ves,
que me hueles a verano.
Pero no a ese verano,
sino también al que es verde.
A esa brisa que es como un soplo de vida.
Me hueles a estrellas,
a grillos,
a pan caliente.
Hueles a nosotros, a mi.
Y es que mi olor se ha impregnado en ti.
Hemos mezclado olores,
que al fin y al cabo son vidas.
Y las personas se unen de dos en dos,
o de tres en tres,
qué más da!,
para crear un nuevo olor;
un olor que sabe a casa, a amigos,
a sentimientos.
Un olor que sabe a nostalgia.
Es tu olor, nuestro olor,
que aparece en tu ausencia, entre sábanas,
entre papeles.
Un olor que pasa de sangre a horchata.
Y ya ves, que me hueles a verano.

19 de Mayo de 1998


hoy, diez años más tarde, he recogido las sábanas y el edredón (pero de él no quiero hablar, me recuerda a incomprensiones), últimos trozos de nuestro hogar con capacidad para impregnarse de olores, y huele a casa...
hasta nuestro olor me dejé allí
- ¿las debería meter en la lavadora? tal vez mañana...


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