domingo, 2 de agosto de 2009

Pequeño homenaje o de cómo me habría perdido sin tu magia

A medianoche
brindaremos con ginebra
Selene (que alumbra el nido) y yo
a la salud del Señor de las Pelusas.

Nunca,
ninguna de las dos
estuvo tan agradecidas al azar objetivo
de que una noche como ésta,
hace 33 años, ¿o tal vez siglos?,
la magia del amor o del deseo
se materializara en vida.

Nunca,
ninguna de las dos
adoró con tanto esmero un nacimiento.

Ha venido el Mesías,
El Mago Rojo,
y ya nada será igual...

Y hemos estado entre las elegidas...