Ojos de cristal no cristalino,
muertos,
apagados,
finalmente desconocidos...
como los del zorro
del salón que sabe a barro
frío y goteante,
o el cuero desgastado cantando el cucú.
A través del metacrilato
de la cámara de los comunes,
Lores o no,
donde se atisban las sombras
los ojos oscuros
muertos,
apagados,
finalmente desconocidos,
me aterrorizan
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